Author: Marta Álvarez Martín
•2:41

En la idolatrada cultura norteamericana a la que nos tienen tan acostumbrados los medios de comunicación resuenan con soltura términos como el honor, la valentía, el mérito, el patriotismo, la lucha por la amada patria. No se cual será realmente su amada patria, esa a la que veneran, si se referirán al cacho de tierra que cada día destruyen con gases de efecto invernadero o a los valores que sus políticos defienden, esos valores con los que justifican con convencimiento el acto heroico de sus guerras. A lo que vamos: que a raíz de esta sobrecultura americana (perdón, norteamericana) que acontece en el panorama de los medios surge ahora en España una especie de intento de implantación de dichos valores en nuestra sociedad. Hasta ahí muy bien, si es que la cosa no pasara de ahí; pero pasa. Porque detrás de todo esto están, como no, los políticos. Esos sinvergüenzas que día tras día nos dan más pruebas de la evidencia de que la política española está, real y gravemente, en crisis. Pues no nos quieren solo inculcar esa fuerza de unión que compartimos, para bien o para mal, por cuestiones de cercanía espacio-temporal para cohesionarnos. Sino que lo que pretenden en última instancia es dominarnos, a nosotros también, a través de la política del terror que tanto pavor y tanta efectividad causa en la "tierra de las oportunidades". Pues no nos engañemos, que, hasta hoy, manda por encima de todo el gran "poderoso caballero". Y que no somos tan ilusos ni estamos aún tan desesperados. Que nosotros tenemos ya bien sabido que al amor por la tierra solo se puede llegar mediante el respeto a la misma. Y también sabemos que, desgraciadamente, hoy en día los patrióticos del siglo XXI están, como tantos otros pobres desgraciados, en peligro de extinción.
Author: Marta Álvarez Martín
•21:52

Me hacen gracia muchas de las personas que veo a mi alrededor. Pero mi risa es una risa falsa, que evita al llanto, que mantiene a raya a la desesperación. Cada año la vida te va dando nuevas sorpresas, y más y más sorpresas. El hombre es una gran incógnita.
¿Conocéis a alguien de verdad? Antes de precipitaros a la afirmación, pensar y pensarlo bien, porque la vida da demasiadas vueltas. Mi respuesta no puede ser otra: definitivamente, no. Quizás, hace muchos años, cuando todos éramos inocentes, nos conocíamos bastante bien. Ahora ya apenas nos reconocemos a nosotros mismos. ¿No os ha pasado alguna vez que de repente os dais cuenta de que una persona con la que habéis estado prácticamente toda la vida, alguien que siempre ha estado muy cerca de vosotros, se os presenta de repente como un completo extraño? Supongo que si, que a todos nos pasa, que no es sólo cosa de películas. Es la cruda realidad.
Pero lo que me hace gracia, más allá de todo este asombro al que ya he llegado a medio acostumbrarme (no del todo), es el radicalismo del hombre. Cómo una persona que ha dicho toda su vida sí dice de repente a todo no. Cómo esa persona tan pura y convencida de sus ideales los torna ahora al mejor postor. Y es este el fondo de la cuestión. Nuestra pureza es una utopía, todos nos vendemos (por una cosa u otra), la comodidad prima de la moral siempre. Todos somos esos barrigas llenas del franquismo, todos, incluso tú, incluso yo. Y me hace gracia que quizás sea esto todo lo que podamos saber de verdad de una persona.

Author: Marta Álvarez Martín
•1:55

A veces… no sé si os preguntareis a veces, por la vida misma, por el mundo, por vosotros, por lo demás. ¿Qué será todo esto? ¿Qué será? Tantas vidas y tantos años, tantos libros que he ido leyendo, y parece que esa pregunta está condenada a quedarse en el aire. No sé si a veces dudáis acaso de vuestros actos, o más bien, del por qué de vuestros actos. No sé si dudáis sobre los conceptos con los que se apoyan vuestras creencias, vuestros intentos de respuesta a ese porqué del vivir o morir. A veces… no sé si a veces pensáis que nada tiene sentido y ese sinsentido os agobia, os atormenta tanto que tenéis que callarlo con alguna mentira, con algún cuento. No sé si a veces os cuestionáis ese vivir por inercia, esa lógica absoluta imperante que parece dominar nuestro mundo, ese orden que afirmamos ver en todas partes. Yo, mi humilde persona condenada a su humildad, a veces, sólo a veces y no demasiado (o al menos procuro que no demasiado), dudo de todo lo que creo que sé y me pregunto si acaso sabré algo, por mínimo que sea, de todo este teatro. Y también, claro está, de ese eterno por qué al que está atado con un candado sin llaves el hombre racional.
Author: Marta Álvarez Martín
•15:24

A veces una ya no sabe ni que pensar, ni que creer. En la tele, los periódicos, ahora incluso hasta en la Facultad... (tengo que hablar un día del EEES), en todos esos sitios veo un mundo cada vez más turbio, roto, maltratado, descuartizado en mil pezados. Hasta el punto de que no distingo el amor del odio (¿Hombres que matan a sus parejas sentimentales?), la justicia de la injusticia (¿Asesinos y maltratadores que salen impunes?), el bien social del individual (¿Políticos corruptos que controlan nuestras ciudades o países?), la paz de la guerra (¿Lucha antiterrorista? ¿Guerras por la paz?). Y me dirán que vote a alguien (¿A quién puedo votar?), que ejerza una profesión que me satisfaga (¿Relatar un conflicto tras otro?), que me busque alguien que me quiera (¿Aún existe el amor?), que tenga hijos y los eduque en un ambiente agradable (¿De dónde puedo sacar ese ambiente?), y que muera tranquila, serena, en paz (¿Cómo hacerlo?). A veces una ya no sabe ni que pensar, ni que creer. ¡Maldita puñetera Humanidad que lo deja todo en ruinas (hasta la política, las ideologías, la esperanza...)!
Author: Marta Álvarez Martín
•10:03

El tiempo libre, casi siempre, suele resultarnos muy tentador. Ilusos nosotros, al no caer en la cuenta de que él nos hace pensar y pensar, nos hace pensar demasiado. Y al final uno acaba maldiciendo al tiempo libre.
No sé si fue ese tiempo libre que me lleva acompañando indeseadamente durante una semana, o la fiebre o puede que incluso mi esencial fatalismo, no se quién me impuso estos pensamientos. Pero, no se trata de tristeza, ni de lamentos o maldiciones, tampoco de alegrías ni sobresaltos. Es una sensación, más allá de todas esas cosas, la que me acompaña, la sensación de estar viviendo dentro de una burbuja de licor o de una pompa de jabón, un sueño que se va descubriendo como una mentira.
Ni me compadezco, ni me enorgullezco y ni siquiera me arrepiento de uno solo de mis pasos. Simplemente me voy dando cuenta, poco a poco, de que el jardín del Edén no es más que un invernadero. Y como ni las lágrimas ni las sonrisas saben crear nada nuevo (solo modifican lo existente) he decido unirme a la indiferencia forzada de una flor que sabe que le robarán el polen. Porque quién sabe si quizás, algún día, dentro de un tiempo, vuelva a florecer mi esperanza por alguna otra parte. No digo en un jardín, pero al menos en algún modesto parque.
Author: Marta Álvarez Martín
•13:23

Puede que a algún “intruso” que haya encontrado por casualidad este texto, piense, una vez lo haya leído, que mis palabras son sensacionalistas y exageradas, caóticas y sin argumentación, puede que crea que estén tendidas en un hilo de seda. Es un riesgo que toda opinión debe correr, y que todos los que opinan asumen, porque nadie debería de atreverse a hablar de verdades o mentiras. El caso es que el otro día, al salir de clase, mientras ojeaba con las páginas de un periódico, una mujer, pura encarnación del diablo, me dedicó una sonrisa de desprecio y una mirada repulsiva. ¡Pagana y roja!, debió pensar. Se me vino a la cabeza el debate que planteamos en clase de Literatura Hispánica: la influencia del franquismo en la sociedad actual. La verdad, nunca suelo participar activamente en los debates, suelo escuchar todas las opiniones y, al final, sacar una conclusión de todo. No me gusta pregonar mis prejuicios a los cuatro vientos, soy muy reservada para ello. Así que escuché, escuché y escuché. Que si Franco debió de haber hecho algo bueno por España, aunque sólo sea una cosa. Que si de nada vale todo lo que hizo, por bueno que sea, si se debía de pagar el precio que se pagó. Que si no había hecho nada, absolutamente nada, por aquella España. Quizás las opiniones no sean nunca ni verdaderas ni falsas, pero siempre nos aportan elementos nuevos que nos ayudan a formar nuestra opinión, nuestra “verdad” y nuestra “mentira”. Lo que parece cierto es que algo de aquel régimen autoritario de hace más de 30 años sigue presente en nuestra España. Prejuicios heredados de una sociedad controlada por una iglesia, un ejército y un gobierno corruptos, sí, corruptos, corrompidos por el poder y la satisfacción que causa la sensación de dominar, prevalecer, elevarse sobre los demás. Estar “en la cumbre” siempre nos ha resultado muy atractivo, aunque nunca nos solemos parar a pensar en cuales serán las verdaderas cumbres. Ojeo, mientras espero el autobús en Virgen de Luján en Sevilla, un periódico. Lo ojeo con recelo, con la mirada crítica de quién está descubriendo los mecanismos de los medios de comunicación de masas, lo ojeo, y nunca lo leo, como una estudiante de segundo de Periodismo bastante escéptica. Ojeo con repugnancia todo el teatro político en el que está sumergida España. Es El País, y no el ABC, y una mujer, con toneladas de litros de colonia sobre su cuerpo, con otras tantas toneladas de maquillaje sobre su rostro, con las manos rebosantes de anillos, el cuello lleno de enormes collares de oro y el pelo cubierto de laca; esa mujer, que no se si me recuerda a un payaso de circo o a una actriz de Hollywood, me mira a mí, una chica de 19 años, con una camiseta arrugada y unos vaqueros gastados, unas zapatillas deportivas, una pasada y el pelo alborotado y nada en las muñecas, ni el cuello, ni en los dedos de las manos. Me mira a mí, que precisamente en ese momento estoy ojeando El país, casi tumbada, en el asiento de una parada de autobús. Y me mira con su peor cara, y tal vez pensará: ¡En qué se ha convertido esta sociedad, esta juventud de hoy en día!
Author: Marta Álvarez Martín
•1:36
A principios de este mes de septiembre, durante mi estancia en Asturias, tuve la suerte de visitar el mayor ciclo expositivo organizado por la sociedad Nacional Geographic en Europa, en el muelle de la ciudad de Gijón, organizado junto con la Fundación Príncipe de Asturias (recordemos que Nacional Geographic obtuvo en 2006 el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades). Antes de visitarla, había oído muy buenas críticas hacia esta iniciativa, críticas que me parecen muy acertadas pues, sin duda, la exposición ha sido y es a día de hoy todo un éxito. En primer lugar porque no es una exposición normal y corriente. Está en plena calle, en el muelle, con expositores que superan la altura de una persona, lo que provoca un gran impacto visual. Es gratuita, está en la calle, y todo aquel que decida darse un paseo por el muelle acaba cayendo en las redes de la curiosidad. Y en segundo lugar, muestra una realidad que no podemos ver desde casa, nos amplia las fronteras del mundo, aumentando nuestra visión global.
La exposición se divide entres bloques. El primero está formado por las mejores portadas de la revista Nacional Geographic desde su fundación. Todas las portadas de la revista destacan por sus fotografías con un gran trasfondo humanístico, que invitan a la reflexión a la vez que nos sorprende. Sus portadas podrían resumir perfectamente las mejores fotografías del siglo XX y lo que llevamos del XXI.


Cuando llegamos al fin de las portadas, que hemos visto repartidas a lo largo del muelle, llegamos a un local con una exposición interior. Mañana 18 de septiembre, tras el éxito de la anterior exposición “Mujeres fotógrafas”, se inaugurará mundialmente “La mirada del Cóndor”, un conjunto de fotografías aéreas de América del Sur realizadas por el fotógrafo Robert B. Haas.

Tras visitar la exposición, si salimos nuevamente al exterior y continuamos el recorrido del paseo, nos encontramos con la parte final del conjunto expositivo, “Un mundo, una tribu”, que reune las mejores fotografías del fotoperiodista Reza Deghati. Cada fotografía está acompañada por textos, en los que el célebre fotógrafo de Nacional Geographic explica cada historia.

Sin duda, el mejor cierre para una ejemplar exposición que invita a la reflexión sobre nuestro planeta y nuestros actos, que siempre acaban incidiendo sobre el resto de los seres humanos. Os animo a visitarla.


[Todas las fotografías publicadas en este blog han sido tomadas por Marta Álvarez Martín]

Author: Marta Álvarez Martín
•21:15
España es uno de los países que posee y produce bombas de racimo. Varias empresas de nuestro país las fabrican, aunque la falta de transparencia en el comercio español de armamento hace imposible saber a dónde las venden. Además, el ejército español, según reconoció el ministerio de Defensa, tiene un arsenal limitado de este tipo de armas.
Actualmente está en marcha un proceso, liderado por el gobierno noruego, que tiene como objetivo de lograr un Tratado internacional de prohibición de las bombas de racimo. Hasta el momento se han celebrado dos reuniones, en Oslo y Lima, y 68 gobiernos han firmado la declaración final, en la que se comprometen a lograr este Tratado en el año 2008.
"Es necesaria una legislación que evite que estas armas sigan causando víctimas inocentes. El Gobierno español tiene ahora la oportunidad de demostrar su compromiso con la paz, prohibiendo la fabricación, venta, almacenamiento y uso de bombas de racimo en territorio español, y apoyando de forma clara el proceso impulsado por Noruega para lograr su prohibición internacional. No quedarse sólo en buenas intenciones, sino en hechos", declaró Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace España.
Se ha documentado la utilización de bombas de racimo por fuerzas militares de los países de la OTAN, Estados Unidos o Israel. Desde los años 60 se han usado en distintos conflictos, como por ejemplo: Líbano, Irak, Afganistán, Kosovo, Laos o Vietnam. Sólo en el Líbano se calcula que tras la guerra del pasado verano, quedaron un millón de submuniciones sin detonar. Una bomba de racimo está formada por una bomba “contenedor” que puede ser lanzada desde tierra, mar o aire y que, al abrirse durante la trayectoria, expulsa cientos de submuniciones que se dispersan por amplias superficies. En teoría, estallan cuando alcanzan el suelo, pero esto no siempre es así.Actúan de forma indiscriminada, no distinguen entre blancos civiles y militares y, por sus altas tasas de error, siguen causando muertos y heridos mucho tiempo después de que acabe un conflicto. Afectan sobre todo a la población civil, que son el 98% de sus víctimas. En especial los niños, que son atraídos por sus colores y formas llamativas.
España debe unirse a este movimiento poniéndose al frente de una lucha que es necesaria para salvar el futuro de miles de personas.




Texto copiado del blog de Gente del Viso (http://gentedelviso.blogspot.com). DIFÚNDELO
Author: Marta Álvarez Martín
•22:59

Hace muchos años había un patio enorme lleno de colores, juegos, historias y días interminables. Era el lugar más deseado de la mañana, el paraíso de todos nosotros, los que soñábamos con él todos los días, a las 11.15 de la mañana, mirando cada minuto aquel reloj que nos habían enseñado a interpretar recientemente.
Ahora, aquel patio sólo vive en el recuerdo de quienes lo pisaron. Sólo queda de él aquellos trazos pintados en el suelo; antes laberintos, ahora simples rayas. Aquella fuente llena de agua, que ahora yace seca. Aquel gigantesco árbol que nos daba sombra, y que ahora apenas consigue proteger de los rayos nuestros pies y nuestras manos.
El patio está ahí, pero ya no es el mismo. Ya no hay niños sobre él, pues ahora sobre él descansa sólo una botella vacía de whisky y un puñado de vasos rotos. Ahora, el patio sólo tiene un par de pasos de largo, y hace mucho que nadie ve por allí aquella bendita inocencia que lo resguardaba del tiempo.
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[ Foto: "Entre rejas" (Patio del colegio "Villa de Brest", Cádiz). Todas las fotos publicadas en este blog han sido tomadas y retocadas por Marta Álvarez Martín.]
Author: Marta Álvarez Martín
•0:52

Tras la mirada regresiva del descontrol, despierta la conciencia de su letargo. Largas horas en la cama, pensando en los restos de las botellas bebidas ayer, intentando rehacer la cuenta que se perdió a media noche. Luego llega el resentimiento, ese maldito y absurdo resentimiento cuyo valor está en subasta pública. El porqué de lo uno, el porqué de lo otro, de todas esas cosas que hicimos sin pensar. A continuación, el miedo y el pudor que nos causa llegar a ser nosotros mismos, llegar a ser el tipo de persona que somos cuando no analizamos nuestros actos. Miedo a ser un perdedor o a ser un vagabundo del universo, alguien que aun no ha encontrado sitio en el alocado globo llamado mundo. Parece, entonces, tan difícil tener la conciencia tranquila, poder tocar, aunque sea rozar, el karma. Que lejos se ve todo ello cuando en tu mente solo aparecen los recuerdos del ayer menos afortunado.
Maldito puede llegar a ser el tiempo a veces, el vivido y el por vivir. Y también el que estamos viviendo, desdichado a causa de la pena que los demás le causan.
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[Foto:"Resaca". Todas las fotos publicadas en este blog han sido tomadas y retocadas por Marta Álvarez Martín]
Author: Marta Álvarez Martín
•0:40

Una vez más, dando vueltas en mi cama, me vence la necesidad de hacer callar al pensamiento, y al miedo que impide mi sueño. Desvelos e insomnio a causa de una mente a la que no le gusta mucho descansar. Mañana, se supone, debe ser un día especial. Otros años considerado como “el mejor día del verano”, pero realmente no sé que pasará mañana, aunque intuyo y temo que será uno más, tan decepcionante como otros días que fueron especiales en años pasados y que en este no han tenido la fortuna de serlo. Mañana, “Barbacoa del Carranza 2007”. ¿Será una noche mágica?
Es nuestra mirada, que cambia colores a su antojo. Y yo vuelvo a preguntarme por qué cambiarán tanto las cosas de un año para otro. Es la misma barbacoa, la misma gente, los mismos fuegos… ¿Por qué, entonces, es todo tan distinto?
Algunos seguimos muy unidos, y otros tan separados. Ni una llamada por mi parte, ni una por la suya, que me llamen ellos, que llame ella… y el tiempo va pasando y va abriendo brechas que probablemente nunca lleguen a cerrarse. Te paras a pensar y te das cuenta de que todo es tan estúpido… que lástima.
No se muy bien por qué, pero la vida va cambiando de colores. Noches inolvidables que se vuelven monótonas, amistades inseparables que se van enterrando bajo polvo. Días en los que fuiste la estrella, y en los que ahora eres un grano de arena perdido en un inmenso desierto. Y es así como te sientes. Es así como me siento en noches como esta. Como una montaña que se quebró y se convirtió en granito, y que ahora se haya perdido en la noche y en un interminable océano de temores y reproches. Y te preguntas el por qué. Por qué has fallado, que has podido hacer mal. Pero no te queda otra cosa que aceptar de la mejor manera tu derrota, y buscar algo en el enorme desierto que te haga recuperar ese brillo que una vez tuvo tu mirada. Intentar, por dios, no perder la esperanza de aquellos maravillosos años.
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[Foto: "Niños jugando" (La Caleta, Cádiz). Todas las fotos publicadas en este blog han sido tomadas y retocadas por Marta Álvarez Martín]
Author: Marta Álvarez Martín
•0:33

En un principio, parece que nuestro mundo está lleno de cadenas, fronteras y prisiones. Nuestra mente vive encerrada en nuestro cuerpo; nuestro cuerpo, entre las cuatro paredes de una oficina, de una sala de estudios, de una ciudad amurallada por humos y ruido. Bajo la condena de nuestros prejuicios, de todo lo que la sociedad nos impone. Sería lógico, entonces, que estas palabras salieran desde mi celda. Pero no hay que dejarse seducir por las apariencias, puede ser muy peligroso. No nos engañemos, las fronteras no existen, tampoco las diferencias. El escribir no encierra, libera. Ya no tenía sentido escribir desde una celda creada por un instinto mediocre. El mundo existe, y nos está esperando. Es inevitable romper nuestras propias murallas, vagar como alma libre, como materia esparcida por el universo. Todo es movimiento, todo es Libertad. El mundo siempre es mucho más grande; la realidad, más misteriosa que todos nuestros sueños. ¿Cuánto esperarás en el andén?
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[ Foto: La caleta (Cádiz). Todas las fotos publicadas en este blog han sido tomadas y retocadas por Marta Álvarez Martín]