Publico este post para anunciar el cierre de El Andén Número Trece; y también de su blog predecesor (Escritos desde mi celda). A partir del 2012 publicaré en otro blog totalmente nuevo, porque como ya sabeis, en este mundo hay que renovarse o morir. Yo elijo renovarme.
Me gustaría dar las gracias a todos y a cada uno de vosotros, lectores fieles y fortuitos, a todos los que me habéis animado con vuestros comentarios, a todos los que habéis dedicado aunque sea unos segundos a leer mi blog, y que incluso me habéis escrito e-mails. De verdad, muchísimas gracias: es por vosotros por lo que sigo escribiendo, sois vosotros los que dais sentido a mi escritos.
El Andén Número Trece me ha acompañado durante cuatro años, ha sido fiel testigo de mis penas y de mis alegrías, pero siento que debe terminar ya. El número de lectores ha caído en picado en los últimos meses y yo he dejado el blog un poco abandonado. A lo largo del tiempo el contenido del blog se ha vuelto un poco caótico y difícil de encontrar al no estar clasificado. Tranquilos, aprenderé de mis errores.
Dentro de poco subiré a Internet un pdf con todos los post de El Andén Número Trece y de Escritos desde mi celda, y borraré todo. También os dejaré el enlace de mi nuevo blog, que espero que sigais y continues animándome con vuestros comentarios.
Un saludo y de nuevo, muchas, muchísimas gracias por compartir vuestro tiempo conmigo.