Author: Marta Álvarez Martín
•1:08


El águila observaba desde el cielo el paisaje otoñal. El río pronto se helaría, y los peces, melancólicos, marchaban a aguas más cálidas. Aparté la vista del cielo, me quité los zapatos y fui caminando hacia el río. Cuando el camino se bifurca y no podemos mirar más allá es difícil tomar una decisión.
Siempre nos dicen que no hay que volverse hacia atrás, pero yo siempre digo que lo único que debemos hacer es procurar caminar siempre hacia delante. Da igual hacia donde, da igual si es a algún lugar donde ya hayamos estado. A veces, para saber lo que somos, necesitamos recordar lo que hemos sido.
Cerré los ojos y el azul y el marrón se transformaron en negro. Una extraña sensación se apoderó de mí, todo mi cuerpo temblaba. El temor de no saber hacia dónde estaba dirigiendo mis pasos me hacía más vulnerable. Pero poco a poco fui ganando confianza. Empecé entonces a escuchar con mayor claridad, y entre la orquesta del río resonaba furioso mi corazón, latido tras latido, luchando por salir hacia fuera. Sentí al viento azotar mi cuerpo y danzar con mis cabellos, a las hojas de los arboles meterse entre mis dedos, a la tierra y al agua penetrar en mi. El negro se volvió blanco y entonces, y comprendí que solo entonces, no pude verlo, pero mucho más que eso, pude sentirlo.
Author: Marta Álvarez Martín
•0:44

Quiero...

Quiero fusilar al tiempo

y salir de este puto agujero negro.

Quiero romper mis cadenas.

Quiero conseguir mis metas.

Por una sola vez, joder, quiero triunfar.

Quiero quererme.

Quiero sentirme bien

y no tener que sufrir constantemente.

Quiero dejar de pensar.

Quiero dejar de agobiarme.

Quiero salir de este puto cuerpo,

de esta cara asquerosa llena de pus.

Quiero poder sonreir

y que mi sonrisa sea sincera

Quiero ser libre, como el viento.

Y quiero irme lejos, tan lejos

donde nadie pueda verme,

donde todos estén durmiendo.

Quiero...

ser feliz sin que nadie se despierte.