Author: Marta Álvarez Martín
•18:53

Una niña rubia de unos 7 años con largas trenzas y un gorro rojo a juego con una linda bufanda y guantes salta sobre la nieve. Sonríe, grita, juega, baila. Luego entra en una bonita casa rural con decoración navideña. Se caliente los pies sobre la chimenea mientras observa al árbol de navidad con aire soñador y una radiante sonrisa que alumbra su rostro angelical. Sobre los pies del árbol descansan una decena de regalos cuidadosamente envueltos. ¿Es ese el espíritu navideño del que tanto se oye hablar? Desgraciadamente solo veo eso en la tele. En mi vida real solo consigo ver regalos innecesarios, comida de sobra, derroche de energía (ahora que tanto se habla de la fallida Cumbre del Clima de Copenhague) en luces multicolores, árboles de plástico y sobre todo mucha, muchísima, falsedad. De festividad religiosa al verdadero homenaje a la filosofía del consumismo y del capitalismo más atroz. En nada más falso se ha podido convertir la Navidad. No se tiene una casa mandando un mensaje a un canal de televisión, sino con el esfuerzo y sudor de toda una vida. Los mendigos no resuelven su vida con una limosna, sino con un hogar y un trabajo. No se perdona el olvido de todo un año con una felicitación de navideña… a la familia y amigos hay que cuidarlos todos los días del año. Y, por dios, no quiero más estúpidos regalos de compromiso. Ni buenas intenciones para acallar conciencias maltratadas. Hay que tener muy poca ética para proclamar la felicidad en el mundo tirando comida a la basura mientras en la otra mitad del globo se muere de hambre tantísima gente. La bondad no es cosa de una época del año, ni tiene nada que ver con la caridad. La bondad es una forma de vida, que se entrena 24 horas al día, los 365 días del año. Déjense de estupideces navideñas y hagan un repaso a sus vidas. Pero no vayan a creer que con buenos deseos se enmiendan los errores. A la mierda la suerte de un día, los premios de lotería y el sueño americano. El que algo quiere, algo le cuesta. Y no se dejen engañar, que nada es gratis ni fácil en la vida. Absolutamente todo tiene su precio, amigos, y el dinero es el menor de los valores con los que se puede pagar a la vida.

|
This entry was posted on 18:53 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

1 comentarios:

On 15 de octubre de 2010, 0:30 , Steppenwolf dijo...

Estoy de acuerdo contigo Marta, y no hablemos de la hipocresia de las reuniones familiares.
A que jugamos?