Author: Marta Álvarez Martín
•0:42
Publico este post para anunciar el cierre de El Andén Número Trece; y también de su blog predecesor (Escritos desde mi celda). A partir del 2012 publicaré en otro blog totalmente nuevo, porque como ya sabeis, en este mundo hay que renovarse o morir. Yo elijo renovarme.

Me gustaría dar las gracias a todos y a cada uno de vosotros, lectores fieles y fortuitos, a todos los que me habéis animado con vuestros comentarios, a todos los que habéis dedicado aunque sea unos segundos a leer mi blog, y que incluso me habéis escrito e-mails. De verdad, muchísimas gracias: es por vosotros por lo que sigo escribiendo, sois vosotros los que dais sentido a mi escritos.

El Andén Número Trece me ha acompañado durante cuatro años, ha sido fiel testigo de mis penas y de mis alegrías, pero siento que debe terminar ya. El número de lectores ha caído en picado en los últimos meses y yo he dejado el blog un poco abandonado. A lo largo del tiempo el contenido del blog se ha vuelto un poco caótico y difícil de encontrar al no estar clasificado. Tranquilos, aprenderé de mis errores.

Dentro de poco subiré a Internet un pdf con todos los post de El Andén Número Trece y de Escritos desde mi celda, y borraré todo. También os dejaré el enlace de mi nuevo blog, que espero que sigais y continues animándome con vuestros comentarios.


Un saludo y de nuevo, muchas, muchísimas gracias por compartir vuestro tiempo conmigo.
Author: Marta Álvarez Martín
•0:07



Ocurre que a veces me pierdo.Cuando mi cuerpo sigue en pie pero mi mente dice basta. Y los sentimientos me invaden y se apoderan de mi cuerpo,

haciéndome estremecer.

La luz se vuelve más intensa y los colores se difuminan en la lejanía. El mundo se convierte en una pequeña estrella distante.Y yo, cual observadora ciega, permanezco al otro lado de la pantalla, sentada, mirando

sin poder ver.

Las letras se vuelven jeroglíficos, las palabras ladridos, los gestos puñetazos. Mis extremidades no responden; cuando mis manos quieren tocar el cielo y besar sus labios,

sin abrirlos.

Y ya no soy dueña de nada ni de nadie. Solo soy un un par de ojos con dos manos, dos piernas. Tirados,esparcidos.

Pisoteados.

Distendidos en la nada.

Author: Marta Álvarez Martín
•17:27
Nadie conoce su nombre y ni siquiera tiene apodo. Su cabello asemeja un nido de gulas: gris hojalata, enmarañado y viscoso. Su larga frente, arrugada por los años, siempre está fruncida, arrogante y pretenciosa. De sus ojos brota el fuego amargo de la vida; siempre, con esa mirada rojo furia, delatando al auténtico tirano del alcohol. Y de su boca amoratada ya sólo escapan blasfemias en un lenguaje incomprensible y desmesurado; chillidos que asustan a los niños y a los pájaros. Sólo le importan sus manos como pezuñas, sus muñecas sin reloj; sus uñas ennegrecidas, sus dedos amoratados y gruesos, señalando la nada. Lo demás le sobra. Le sobra su barriga ahuecada, sus piernas entumecidas, su miembro muerto. Sus ropas descosidas. Le sobra el olor a miseria. Los zapatos hechos con cartones. Los pies que no van a parte alguna. Le sobran los días. Le sobra el tiempo en el mundo en el que nadie sabe su nombre.
Author: Marta Álvarez Martín
•1:14

No se ha ido. No, aún no. Aún está aquí. ¿Cómo se va a ir? Si la veo cada día, la escucho cada día. Ella aún no se ha ido, aunque todos digan que si. Mienten. No se puede ir. Todavía, no. Pero ya no está. Su sillón está vacío y su casa huele a ausencia. Y aquel día, cuando vimos aquellas flores y aquella caja que se selló, pensamos que ella se quedaría ya allí. Y lloré, amarga y dolorosamente, pensando que no la volvería a ver, que no la volvería a besar, ni abrazarme a ella ni decirle que la quiero. Porque creía en la muerte. Anticatólica, antiapostólica, antiromana. Antidioses antileyes. Que joven era entonces, cuando pensaba que bastaba con no creer en Dios. Tanto pensar en lo imposible de su existencia, temblando ante el solo pensamiento de la muerte y su guadaña, y nunca me había parado a creer y pensar en la vida..

Confieso que sigo llorando, a veces, porque no sé si ella sabe que todavía no se ha ido. Y me hubiese gustado que lo supiera. Me gustaría habérselo dicho. Haberle dicho en el último momento que no se preocupará, que no iba a ninguna a parte, que la volvería a besar y a abrazar cada noche de mi vida. Que estaría siempre conmigo. Hasta que agridulcemente nuestro rastro se borrara con algo más maravilloso.




















Es la vida, y no la muerte, la que permanece.






Author: Marta Álvarez Martín
•2:52

Tengo el blog un poco apartado. Así que os dejo el primer ejercicio que nos han mandado hacer en el Curso de Escritura Creativa de la escuela de escritores de Sevilla Escribes (www.escribes.es). Más abajo os cuento un poco el por qué de la historia. Espero que os guste.




La hormiga número quince se había perdido de la fila. Se fijó en ella. ¿Qué tenia de diferente aquella hormiga?, ¿por qué había decidido romper la fila? Por un momento, María quiso coger a la hormiga y devolverla a su sitio, guiarla cual ángel salvador. Pero sentía una enorme curiosidad por saber el motivo de su huida. Vislumbró entonces el camino que tomaba, quiso averiguar su objetivo, y por fin lo vio: eran los restos de un bocadillo, abandonados en el suelo. Súbitamente calló en la cuenta de que el resto de las hormigas transportaban un pedazo de pan al hormiguero. Menos aquella. No podía regresar a casa sin cumplir su misión.

Lo decía siempre su madre: “Hija mía, en esta vida todo el mundo tiene una misión”. Recordó el día en el que ella le preguntó cuál era la suya. Y su madre, sin pensarlo dos veces, le contestó: “ir a la escuela para aprender”. Y aquí estaba Ana, en la escuela, aunque no sabía muy bien si realmente estaba aprendiendo aquello que tenía que aprender o no. ¿Para qué sirve aprender?, le preguntó un día María. “Para que un día puedas trabajar, y así poder vivir y dar vida, tener tu propia hija. Es una misión muy importante. Por eso tienes que esforzarte y ser buena en la escuela”. Pero el día en el que podría cumplir con su misión se le presentaba muy lejano, casi ni podía imaginarlo. ¿Tendría la hormiga, en realidad, una misión mucho más importante que cumplir?

Ana, que estaba a unos metros del hormiguero jugando a la rayuela, vio a la soñadora María jugando solitaria. Dejó su piedra en el suelo y corrió hacia ella.

- ¿Por qué estás sola? ¿Qué haces?. - preguntó Ana.

- Juego a contar hormigas. - respondió María con tono indiferente. En el fondo, no le importaba la soledad. Estaba acostumbrada a jugar siempre sola en su casa.

- ¡Qué aburrido! - dijo Ana. - Anda, vente con nosotras.

Y María, echando una última mirada a la valiente hormiga, corrió hacia la rayuela.

A los 10 minutos sonó la campana que anunciaba el fin del recreo. Tocaba la vuelta a clase, aunque ahora quedaba menos tiempo para salir del colegio y regresar a casa. No es que no le gustara ir a clase, pero prefería pasar la tarde en su casa haciendo lo que quisiera, sin nadie que le dijera a qué o cómo tenía que jugar. Para volver al aula, todos los niños se pusieron en fila, como de costumbre. Ana contó instintivamente su posición. Sonrío al descubrir que era la número quince.


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Siempre me ha impresionado mucho la primera escena de "Tiempos Modernos", el film de Chaplin, donde un rebaño de ovejas sube unas escaleras, metáfora de aquella sociedad de masas producto del fordismo y de aquellos tiempos modernos. Sin embargo, aunque puede que tuviera mucha validez en su día, aplicarlo a nuestros tiempos me parece un error. Ya lo dijeron los teóricos de la información y la comunicación, los sociólogos, e incluso los publicistas: nuestra sociedad ya no es esa sociedad de masas. Pero, sin embargo, se me viene siempre a la cabeza una imagen análoga que, bajo mi punto de vista, define mejor nuestros "tiempos post-modernos": habría que sustituir a todas esas ovejas por hormigas. Las diferencias son claras: las ovejas necesitan la guía de un pastor, las hormigas, sin embargo, siempre tan perfectas, tan meticulosas y ordenadas, siguen su ritmo por otros motivos. No tienen la mano de alguien que les dice a dónde van, pero tampoco van a dónde quieren. Se rigen según las necesidades que su sociedad va creyendo correctas. Y a mi me parece que así vivimos hoy nosotros: vamos a trabajar, nos buscamos nuestro hueco, casi siempre remando en la misma dirección, y la dirección, ¿quién la pone?. No es Obama, ni Zapatero, ni Merkel, ni siquiera el mayor magnate económico que pueda existir. Son todos ellos juntos, somos nosotros, cual hormigas, las que aportamos nuestro pedazo de pan (o de dinero), a base de esfuerzo, al mundo que hemos creado. Basta de señalar culpables: como las hormigas, aquí todos somos víctimas y verdugos.


Author: Marta Álvarez Martín
•21:44

Es increíble. Lo que está sucediendo en el mundo parece una película de ciencia ficción barata. Pero lo más espeluznante es que nadie parece preocupado al respecto. No creo que sea porque al hombre no le importe el planeta donde vive, o por lo menos no quiero creer eso. En realidad se trata de un tema peliagudo, con muchísimos intereses económicos de por medio, que muchos quieren relegar a un segundo plano, y ahora es el momento ideal para ello porque estamos demasiados ocupados con la crisis económica. Pero los hechos son los hechos. Y, desgraciadamente, hay cosas más importantes en el mundo que vivir con menos dinero.

Es la vida misma la que está en juego. Señores, el cambio climático es una realidad inexorable, que nos afecta día tras día. Esto ya lo sabemos todos. Pues bien, no sé si algunos de ustedes ya sabrán que el Ártico está sufriendo de manera especial este cambio. Se está derritiendo, día a día, a un ritmo creciente. Y a nuestros dirigentes políticos y a nuestros dirigentes económicos, auténticos mandatarios de nuestro sistema, se les ha ocurrido una fabulosa idea. Una idea espléndida, como todas las grandes ideas de los hombres, y han visto en el Ártico el Dorado del siglo XXI.

“El Pasaje Noroeste del Ártico se ha abierto totalmente a causa del deshielo, dejando la vía abierta a una ruta entre Europa y Asia deseada durante mucho tiempo pero históricamente impracticable”, dijo la Agencia Espacial Europea. ¡Una nueva ruta marítima! El Polo Norte se derrite, y ellos, en vez de intentar subsanar el problema, en vez de organizar una cumbre de verdad para frenar el cambio climático, brindan con champán porque ahora habrá una nueva ruta marítima. Estados Unidos, Rusia, Canadá, Noruega y Dinamarca están ahora repartiéndose políticamente el territorio del Ártico. ¡Qué grande es la Humanidad! El Polo Norte se derrite, y los hombres solo ven su oportunidad para buscar nuevos yacimientos de gas y petróleo.

Y mientras tanto, ¿nadie ha pensado en el cambio que puede suceder en las corrientes marinas, de las que depende toda la vida del mar?, ¿nadie ha pensado en las consecuencias climáticas?, ¿es que nadie ha pensado en el peligro que corre el ciclo entero de la vida?

Queridos hermanos, a nuestra generación no le ha tocado la heroica guerra por la libertad de expresión, ni la lucha por la soberanía popular, ni perseguir el sueño de una humanidad unida imperialmente. Nos ha tocado el capítulo más oscuro y más absurdo de la Historia: el de la lucha del hombre contra el hombre mismo.

Y, como este es mi blog, me permito el lujo de dar un consejo a mis coetáneos: No hagan caso de todos esos libros de biología y psicología: el hombre nunca ha sido inteligente, siempre ha sido el más estúpido de todos los animales terrestres, condenado desde el momento en que se reconoció a sí mismo en el reflejo de las cristalinas aguas de un río, olvidándose de todo lo demás.

Author: Marta Álvarez Martín
•5:40

No era la primera vez que escuchaba una cosa así. El pasado 21 de Agosto, en el documental China del revés, emitido durante el programa La noche temática de TV2, se repetía y se insistía en la idea de la creciente “occidentalización” de la juventud y cultura de Oriente. Ese siempre ha sido el gran miedo oriental. Lo decía la profecía tibetana: el extranjero traerá la desgracia. Y la trajo.

Sí, Oriente se occidentaliza en cierta medida y forma, y yo no pude evitar preguntarme: ¿qué pasa con la orientalización de Occidente? Confucio ya no está tan moda en China. Pero, ¿acaso el Papa o la Iglesia católica siguen estando de moda en Italia? Yo, en este último año en el que estado viviendo allí, no he oído hablar del cristianismo en los bares y en las discotecas.

Me encanta visitar las librerías y los quioscos de prensa. A parte de por mi afición a la lectura, porque son un fiable indicador de las tendencias sociales. Id al quiosco y mirad cuántas revistas de historia hay, y luego comprobad desde cuando tiene tanta relevancia el tema de la memoria histórica en nuestro país y cuánto tiempo llevan esas revistas en los estantes. Id a la librería y preguntad cuál es uno de los géneros más vendidos y en auge en nuestro país (sí, me refiero a la novela histórica, o pseudo-histórica). Mirad las publicaciones económicas que hay en el mercado, y todos esos libros intentando explicar la economía. Antes de la crisis nadie se preocupaba por saber cómo funcionaba el mundo, y la información económica vivía felizmente en humildes secciones de periódicos generalistas. La raíz de nuestra cultura, de nuestras preocupaciones y de nuestras tendencias están en las librerías y en los quioscos.

¿Y qué pasa con los valores sociales? Llena de curiosidad, fui al quiosco a comprobarlo. Y vi, junto a las revistas de historia, todo un estante de revistas y publicaciones de modos de vida. Mente Sana, Saber Vivir, Yoga Journal. En ninguna de esas revistas se hablaba de Jesús ni de los diez mandamientos. Y, por el contrario, cada vez aparecían más artículos sobre modos de vida orientales. Yoga, pilates, meditación. Incluso medicina tradicional china. ¿Y en las librerías? ¡Sorpresa, toda una nueva sección: autoayuda! ¿Y qué dicen los libros de esa sección? Algunos hablan de las parábolas de Jesús, pero no dicen nada de la institución Iglesia, ni del infierno de los pecadores. Por el contrario, hay libros y libros sobre el zen, el budismo, el feng-shui. No es el Papa nuestro autor espiritual más vendido, es Osho. ¡Qué curioso!

Y claro, tras el hallazgo, aparecen nuevos interrogantes: ¿cuál es el verdadero papel de la institución Iglesia en nuestras vidas? o mejor, ¿por qué va a parar una parte de nuestros impuestos a dicha institución?, o, ¿por qué hay tantas iglesias y tan poca gente dentro de ellas y tanta gente viviendo en pisos de 50 metros cuadrados?; ¿cuál es nuestra identidad cultural hoy en día?, o mejor, ¿estamos perdiendo nuestros valores o los estamos actualizando?; ¿es Oriente la que se occidentaliza o es Occidente la que se orientaliza?, o mejor, ¿la globalización nos enriquece o nos empobrece?

Demasiados interrogantes. De todo esto yo solo tengo claro que:

1. La Iglesia no me aporta ni me ha aportado nada en mi vida como ser moral, a pesar de haber estado 10 años en un colegio católico. Mi curiosidad hacia la Biblia ha venido muchos años después, a raíz de las enseñanzas de mis profesores ateos de historia y literatura. Vaya paradoja.

2. Mi identidad como persona ha ido cambiando y cambiará a lo largo de mi vida, porque yo misma estoy en un constante cambio. Tengo muy poco que ver con la persona que era hace 5 años, y, más allá de estar alarmada o preocupada por quién seré dentro de otros 5, estoy serena y tranquila porque sé que sabré adaptarme a los nuevos tiempos, como he estado haciendo hasta ahora.

3. La cultura, filosofía y perspectiva oriental ha enriquecido enormemente mi vida y mi visión del mundo. Me alegro muchísimo de vivir en una época en la que es posible tener a la Biblia, el Corán, el Mahabharata, las enseñanzas de Buda y El origen de las especies en la misma estantería.

Después de esto, querido lector, saque usted sus propias conclusiones. O, si lo prefiere, no pierda el tiempo pensando y haga como Aznar: échele la culpa a Estados Unidos de poner en peligro al Mundo Occidental.



P.d.: En la imagen, Shiva, tercer dios de la Tri-murti india, en plena danza destructiva. Según la tradición india, Shiva es una de las personalidades del dios primero, Brahman, formado por Brahmā, el creador, Vishnú, el preservador y, Shiva, el destructor. Ambas personalidades o dioses se complementan y hacen posible que nuestro mundo esté siempre vigente.
Author: Marta Álvarez Martín
•22:16

En estos días el mundo entero tiene los ojos puestos en un lugar casi siempre olvidado: Sudáfrica, elegida como sede para este mundial de fútbol del año 2010. Pero desde el andén nunca se habla de lo que todos hablan. Yo vengo a contarles la historia tan peculiar de este país.

Fue hace apenas cinco años cuando comencé a leer libros sobre el África subsahariana. Libros, por supuesto, siempre escritos por los occidentales. Por aquellos mismos que provocaron el caos territorial de África en la época de la colonización del siglo XIX. Me sorprendió. Aquella África que empecé a descubrir no tenía nada que ver con aquella imagen de “pobres negritos muertos de hambre que viven en la miseria” que ofrecen aun los medios de comunicación, la propaganda de las ONGs, y los misioneros católicos. Recuerdo que cuando estaba en el colegio marianista todos los años nos pedían dinero para los niños negritos pobres de África. Pero nadie nos habló nunca de aquellos niños, ni nos explicarón por qué estaban en esa situación nior qué estaban obligados a vivir de la caridad. Ellos eran los otros, desconocidos, desfavorecidos, subdesarrollados, sin fortuna, escusa perfecta para acallar nuestra conciencia dándoles un par de euros al año. ¿Qué quienes eran? Que absurda pregunta, a nadie le importaba. Y yo llegaba a clase orgullosa por haber metido a escondidas un poco de mi dinero para dárselos a aquellos niños desgraciados.

Pero, por fortuna, las personas crecen. Y mi curiosidad nata me hizo investigar aquello que nadie me contaba y que yo quería saber. Cuando comencé a estudiar historia y filosofía de una forma más seria me di cuenta de una cosa: que con el paso del tiempo, se demuestra que todos los pensadores y científicos precedentes, pese a tener parte de razón, estaban equivocados. Desde Platón a Newton, todos tenían una visión del mundo distinta de la que tenemos hoy. Su mérito residía en que sus conclusiones llevaron a otras, y sus preguntas a nuevas preguntas en una constante evolución de nuestro pensamiento. Luego, pensé, seguro que lo que me cuentan no es verdad, no me debo fiar de nada, pues dentro de 100 años todo será distinto. Y así nació mi espíritu crítico, ese que me llevó a no conformarme con la visión de África dominante y a intentar descubrir otros puntos de vista.

Hay muchos mitos de África que numerosos periodistas, historiadores y literatos han puesto en entredicho. Mitos que nacieron de la mano de los periodistas occidentales de los siglos XIX y XX, de esas crónicas de expediciones al continente que aumentaban la tirada de los periódicos sensacionalistas de la época, y que aún perviven en nuestra sociedad. Por ejemplo, esa creencia popular de que África es un país pobre, subdesarrollado y sin recursos. África tiene recursos. Su cultura, pese a no ser científica, no es peor que la nuestra si pensamos en donde nos está llevando nuestro “desarrollo” científico. Y el principal problema de África no es la pobreza; ésta es solo la consecuencia del auténtico problema de África: un gravísimo problema político y territorial que tiene unos claros responsables directos: los colonizadores europeos del siglo XIX. Con el “Tratado de Versalles” los europeos, con un lápiz y un papel se dividieron la totalidad del continente africano según criterios geográficos, sin embargo, la división territorial africana precedente era fundamentalmente cultural y étnica. Así, tribus enemigas quedaron unidas bajo el mandato político de aristocráticos europeos que solo buscaban su propio enriquecimiento y poder. Al final, la población autóctona acabó revelándose contra la colona y comenzó la violenta y cruenta descolonización, pero las raíces del problema siguieron ahí, hasta nuestros días.

Pero la historia de Sudáfrica es excepcional. Sudáfrica, antes de la llegada de los europeos, era un vasto territorio con algunas poblaciones concentradas de tribus, diversificadas y expandidas en ese territorio que aún no tenía nombre en su conjunto.

Los primeros en llegar fueron los portugueses. En 1487 Bartolomé Díaz fue el primer Europeo en alcanzar el territorio, denominando su punto más meridional “Cabo das tormentas”, debido al mal tiempo que experimentó en la región. Cuando volvió a Portugal cargado de noticias sobre el descubrimiento, el Monarca Juan II de Portugal quiso cambiarle el nombre por el de “Cabo da Boa Esperança” y prometió establecer desde ese punto una ruta marítima para que los portugueses pudieran ir a buscar las riquezas de La India. Los primeros relatos escritos de la historia de Sudáfrica se obtuvieron de los primeros navegantes y los náufragos supervivientes.

El 6 de abril de 1652, Jan van Riebeeck estableció un puesto de aprovisionamiento de recursos para los navíos comericiales en el Cabo de Buena Esperanza, de la mano de la “Compañía Holandesa de las Indias Orientales”. Y fue este el auténtico origen de Sudáfrica. Durante los siglos XVII y XVIII la pequeña colonia se fue extendiendo lentamente. Pero los colonos, en un principio fieles a la corona holandesa, se fueron topando con los pueblos autóctonos. Se desencadenaron así una serie de guerras, originadas por conflictos por la tierra y los víveres. Para costear la guerra y ganar trabajadores, se trajeron esclavos de Indonesia, Madagascar e India. Descendientes de esclavos, que a menudo se casaban con colonos holandeses, fueron luego clasificados como mestizos del Cabo y malayos del Cabo, constituyendo casi la mitad de la población de la provincia del Cabo Occidental.

Gran Bretaña ocupó el área del Cabo de Buena Esperanza en 1797 durante la cuarta guerra anglo-holandesa. Los holandeses declararon la bancarrota, y los británicos se anexionaron la colonia del Cabo en 1805. Los británicos continuaron las guerras contra la población colona, consolidando y promoviendo nuevos asentamientos británicos. Debido a la presión de las sociedades abolicionistas de Gran Bretaña, el Parlamento Británico paró su Comercio de esclavos en 1806. La esclavitud se abolió en todas sus colonias en 1833.

Mientras tanto, aquella compañía holandesa llegada siglos atrás se fue desligando de la corona holandesa, creando su propia cultura y lengua: así fue desarrollándose el pueblo afrikáners, desarrollándose en otros territorios de Sudáfrica.

Los descubrimientos de diamantes en 1867 y el oro en 1886, animaron el crecimiento de la economía y la inmigración, intensificando la subyugación de los nativos. Sucedieron en esta época más guerras provocadas por los británicos contra la población autóctona, los boers. A su vez, el territorio de Sudáfrica se estaba comenzando a dividir política y territorialmente.

Los británicos acabaron derrotando a las fuerzas Bóers. El Tratado de Vereeniging declaraba Soberanía Británica total sobre las repúblicas sudafricanas. Una de las principales disposiciones del tratado era que a los negros no se les permitiría votar salvo en la Colonia del Cabo.

Después de cuatro años, la Unión Sudafricana fue creada a partir de la Colonia del Cabo, la Colonia de Natal y las repúblicas del Estado Libre de Orange y el Transvaal, el 31 de mayo de 1910. En 1934 el partido sudafricano y los partidos nacionales se fusionaron para formar el Partido Unificado, que buscaba la reconciliación entre los afrikáners y los blancos angloparlantes, pero se escindió en 1939 en la decisión sobre la entrada en la Segunda Guerra Mundial como Aliado del Reino Unido. El ala más conservadora del Partido Nacional comenzó a simpatizar con la ideas gestadas por la Alemania nazi. Así nació el Apartheid, que dividiría a población blanca de la negra hasta 1990.

En el año 1961 se constituyó territorial y políticamente el territorio sudafricano proclamándose la República de Sudáfrica, ahora independiente de la política europea.

Sudáfrica nunca fue un país pobre. Sin embargo, con el apartheid, la brecha entre pobres (negros) y ricos (blancos) se acrecentó de forma espectacular. La población negra se vió obligada a vivir durante años en auténticos guetos, los famosos “township”. Se realizaron traslados masivos de la población negra y mestiza a estos enclaves urbanos que carecían de cualquier servicio higiénico, energético o sanitario, y a los que a la población blanca se le tenía igualmente vetado el acceso. La población negra y mestiza tenía completamente prohibido cualquier contacto con la población blanca, tanto en el ámbito público como en el privado, y se limitaban a sobrevivir con los trabajos desechados por la población blanca.

La justicia llegó cuando en 1990, con Mandela al frente, el Congreso Nacional Africano con su política anti-apartheid, consiguió ganar las elecciones, poniendo fin al ya debilitado régimen racista.

Desgraciadamente las diferencias económicas no han sido todavía saldadas. En Sudáfrica todavía son mucho más numerosos los pobres negros que los blancos, y se siguen apreciando en muchas localidades los vestigios de las antiguas townships. La verdadera igualdad entre la población se sigue aún luchando.

Pese a todas sus desgracias, Sudáfrica ha siempre el país privilegiado del África subsahariana, uno de los pocos con una democracia consolidada y relativa libertad de prensa y expresión. Suerte que no corren sus países vecinos. ´

Si queréis saber más sobre la historia del África Subsahariana y su desarrollo periodístico podéis contactar conmigo y descargaros mi trabajo de investigación de 166 páginas sobre el periodismo africano realizado en el año 2009 para la Universidad de Sevilla. Uno de los pocos trabajos disponibles sobre el tema en lengua española, documentado en una decena de libros y el análisis directo de cientos de páginas web de prensa africana, la mayoría en inglés. Aunque se trata principalmente de un trabajo de traducción, pienso que es una importante fuente de recolección de datos, completada con la visión propia de un senegalés sobre el periodismo de su país y otros temas interesantes, como la igualdad de género en la prensa africana, la prensa africana occidental o los problemas de libertad de expresión.


También tenéis un listado de páginas web de medios de comunicación africanos en: http://periodismoafricano.blogspot.com/

Author: Marta Álvarez Martín
•5:43

Pájaros enloquecidos, gritan, vehementes, asqueados de tanta miseria, al otro de la ventana. Yo, enraizada y cubierta de polvo, tapada con una sucia manta descosida, los escucho en silencio. La opera del mundo se despierta y danza para mi, y yo aun no le he dicho adiós al ayer por temor a las despedidas. Sigo.

Grita mi mano dejando tras de sí un rastro de ceniza: ayer murió el bien y esa sonrisa que me cosí por temor a perderla, y que siempre la voy perdiendo porque a veces me gusta quitarme las pesadas gafas. Alivio a mis ojos. Dejar de ver y saludar. Racionalidad absurda.

Y así, resuenan con eco todos esos bramidos y esa furia enmascarada, hermana del vacío del ser que es demasiado. La bondad tirada a la basura por estar demasiado sucia. Resuenan sin cesar las trompetas de la victoria del diablo. El árbol de la ciencia se ha quedado sin manzanas.

El baile del sol ya ha comenzado, y la vida bebe de nuevo de esa agua que la va matando poco a poco. Y mi alma, que nació rebelde, no tiene sed. Quizás luego beba del agua del váter que ha atascado por cagar una mierda enorme de felicidad color rosa.

Author: Marta Álvarez Martín
•0:17

Viendo el horizonte de mi playa, el festival de colores y matices del atardecer gaditano, en un día “normal”, como otro cualquiera de mi antigua vida, tomé una decisión sin saberlo. Supe que algún día descubriría qué es lo había más allá. Tomé otra decisión unos días más tarde, al reojear la biblioteca de mi casa. Cogí un libro entre todos, sin saber muy bien por qué, de un autor del que nunca había oído hablar antes. Nadie en mi casa había leído ese libro. Le pregunté a mi madre que por qué lo tenía y me dijo que se lo habían regalado con el periódico otro domingo; y así, mi madre tomó también ese domingo una decisión por mí, siempre sin saberlo. Ese libro es a día de hoy mi libro favorito, su escritor, mi periodista favorito y mi gran ejemplo a seguir. De una manera u otra, esa unión de hechos banales cambió por siempre mi destino. Me pasé todo la vida creyendo que estudiaría ciencias, lectora fiel de las revistas científicas, apasionada del dibujo técnico, y unos días antes de seleccionar la universidad que quería, dije: no, arquitectura no, mejor periodismo. Y nadie se opuso, aunque muchos hubieran deseado que las cosas no fueran así, pero, ¿cómo negar a alguien realizar la cree que es su vocación?

En esta vida todo es fortuito. Nos creemos dueños de nuestro destino, nos creemos que tomamos todas nuestras decisiones conscientemente, pero no es así. En absoluto. Estoy en Teramo porque lo elegí como primer destino Erasmus (pero me ofrecieron Teramo porque estudio periodismo en Sevilla, y quise irme fuera porque el mar y sus atardeceres me hicieron al alma viajera). Pero en absoluto estaba eligiendo mi destino. Nunca, jamás, se puede predecir con exactitud el futuro. Y creía que lo tenía todo controlado… pero fallé en mis cálculos. No sabía aún que un viaje, aunque lo hagas solo, jamás será solo tuyo. Es también, irremediablemente, de todas las personas con las que te encuentras por el camino. Una serie de personas que jamás puedes imaginar que conocerás y que acaban formando parte de tu vida, eligiendo por ti, sin darse cuenta y sin quererlo, tu destino. Mi vida jamás será la que fue y no será como yo creía que sería. Así que ahora, casi a las puertas del final de mi aventura italiana, he decido no pensar más en el futuro y mirar solo al presente. Y todo lo demás está aún por decidir. O quién sabe si quizás la decisión está ya tomada, como pasa siempre, de forma inconsciente. El futuro, recordad muy bien esto, NUNCA se puede decidir juiciosamente. La propia existencia no es sólo de uno mismo, porque la vida la formamos todos los que vivimos.

Author: Marta Álvarez Martín
•0:38

Me encuentro entre sabanas,

confusa y desecha.

Las horas arrecian y mis ojos sangran.

El corazón envuelto en papel de plata,

ahora quebrado.

Un día más tejiendo esta manta,

un día más pasando frio.

Mientras los pájaros cantan,

detrás de la verja.

Me lo dijo un gorrión con sonido quebrado:

siempre es mejor viajar sin maletas.

Y aquí me ves perdida en esta isla de cristal,

escribiendo este mensaje en una botella:

palabras que nunca escucharás,

palabras y más palabras muertas.

Y el destino ya ha jugado.

Con furia se lanzó la moneda,

Pero nadie quiso ver cómo calló.

Y yo, mientras tanto, contando ovejas,

de esas que vuelan y viven sin pastor .

Me lo dijo un gorrión con sonido quebrado:

no habrá nadie más entre tus sabanas.

Solo yo y mi confusión: mujer desecha.

Y tú, que tan lejos estás del olvido.

Y tú, que tan cerca estás del dolor.

Author: Marta Álvarez Martín
•7:03


No estamos acostumbrados a mirar. Condicionados en gran medida por la “explosión publicitaria”, vamos por la vida evitando toda distracción visual, protegiéndonos contra los continuos ataques persuasivos que recibimos cada día. No obstante, la contaminación visual sigue estando infravalorada. Muchos piensan que es solo una cuestión estética y que, como tal, no debe de ser preocupante, ya que la estética queda reducida al sentido del “gusto” o “gusto estético”. Sin embargo, sus efectos secundarios, más difíciles de percibir, son los más dañinos.

Nos movemos por la vida a capa y espada, siempre a la defensiva. Paseando por la ciudad los viandantes se convierten en enemigos a los que tenemos que evitar. Las leyes sociales nos impiden mirarlos fijamente a los ojos (una mirada larga puede ser interpretada como una insinuación o como atentado contra la privacidad de la persona) y evitar todo contacto corporal. También tener cuidado con nuestras palabras: los desconocidos son siempre una amenaza. Nos enseñan desde pequeños a no hablar con extraños. Nuestras conversaciones deben limitarse a la pedida de una información concreta: donde está un determinado lugar, qué hora es, saber si ha pasado ya el autobús.

Y la cuestión no se reduce a las leyes sociales no escritas. La publicidad también nos ha hecho ver las cosas de otra forma: hacer caso omiso a los detalles, centrarnos en un objetivo determinado, no dejarnos atolondrar por nada que no hayamos planeado con anterioridad. No solo ocurre en la televisión, las calles también están plagadas de reclamos publicitarios que debemos evitar: carteles en las paredes, anuncios en las paradas de autobús, vallas publicitarias, escaparates que incitan al consumismo. Por eso en los paseos solo importa la compañía. Si vamos solos tenemos que movernos siempre hacia un objetivo concreto: salir a correr, ir a comprar, llegar a la plaza porque has quedado con alguien allí. Las caminatas gratuitas solo están permitidas en los parques (creados para tal efecto), jamás en la ciudad. Y así vamos por la vida, caminando sin observar el camino, siempre pendientes de un destino. Con el i-pod a todo volumen y el teléfono móvil en el bolsillo.

Pero la esencia de las cosas, en la mayoría de las ocasiones, se esconde en los pequeños detalles. La ciudad está llena de historias interesantes que desgraciadamente casi nunca son leídas. Con la ferviente globalización puede que todas las ciudades nos vayan pareciendo cada vez más iguales, pero cada ciudad cuenta con sus particularidades: unas tienen más bares, otras más tiendas de suvenirs, en otras hay más terrazas al aire libre que denotan un carácter más sociable de la población.

Las pintadas de las paredes y los muros, esos que “ensucian” la ciudad, nos hablan del espíritu y la rebeldía de la juventud de un lugar. En los escaparates de las tiendas, el precio de los productos y si estos son de marcas conocidas o no, nos hablan de la capacidad adquisitiva media de sus ciudadanos; los de las tiendas de moda de las tendencias estéticas del momento. La arquitectura nos habla de la estética general y la historia del lugar, y también del carácter de su población: la pomposidad y majestuosidad de los edificios públicos nos hablan del carácter soberbio o modesto, pomposo o sencillo que han tenido sus habitantes a lo largo de la historia; las fachadas de las casas particulares del detallismo o del esencialismo de quienes residen en ella. Me maravilla pararme a observar los pequeños jardines y los balcones urbanos: curiosamente son las personas de mayor edad las que más prestan atención a la parte “visible” de su vivienda privada. Es el espíritu de quien ha encontrado en lo banal y diminuto la belleza de la vida.

Las flores y los colores nos hablan del tiempo atmosférico: las casas con tejados, casi siempre de colores fríos, son más típicas en los lugares donde llueve con frecuencia. Los colores cálidos de los edificios hablan de una temperatura más agradable. Demasiado frio impide el crecimiento de flores, al igual que demasiado calor. Determinada vegetación es más propicia en ciertos lugares que otros. Mi Cádiz natal está plagada de palmeras. En Teramo, por el contrario, abundan más los arboles de otoñales de hoja caduca y la vegetación invernal. En Asturias, Paraíso Natural, lo que abundan son los grandes prados verdes, constantemente regados de forma natural por la lluvia. El entramado arquitectónico y callejero es para la ciudad lo que las rayas de los troncos a los arboles: están estrechamente relacionados con su antigüedad. Comprobad como todo surge de una plaza central que ha dejado de tener su valor de punto de encuentro religioso para convertirse en el punto de encuentro social: el ocio de nuestra época reside en los bares y no en la iglesia, dejada en manos de los turistas. Las calles más estrechas son las más antiguas. Las mas nuevas las más amplias, reservadas al comercio. Y las calles circundantes de última construcción, cada vez más urbanizadas, denotan el ritmo de crecimiento de la ciudad.

La contaminación visual y nuestra cultura del miedo nos están haciendo perder de vista los detalles, cegándonos ante un mundo y un entorno lleno de señales. Señales cuya interpretación nos ayudaría mucho a adaptarnos en un determinado entorno. La ofuscación y la constante sensación de soledad están volviendo a la sociedad cada vez más depresiva y más egoísta. Nada recomendable en un mundo donde la esencia de la supervivencia reside en nuestra capacidad de saber relacionarnos.

Author: Marta Álvarez Martín
•16:00


Dicen que vivimos en una sociedad democrática y liberal, donde todos los ciudadanos tienen el derecho de expresarse libremente y de manifestar su propia identidad. Pero es éste, el problema de las identidades, el que más nos rebota con fuerza. Una gran parte de los problemas de nuestra sociedad actual surge del eterno debate de establecer los límites de nuestra cultura, de separarnos los unos de los otros, diferenciarnos. Por qué somos europeos y no árabes, por qué somos españoles y no australianos. Nuestro sistema de gobierno necesita reafirmarse, dotarse de razón. Ahí es donde la poderosa propaganda demuestra todo su potencial a través de las diversas fuentes de poder: somos españoles porque nos gusta la fiesta, el vino, los toros, el futbol. Todos apoyan el deporte español (el deporte… el instrumento de propaganda integrista de nuestros tiempos por antonomasia). Y tantos otros motivos… Y parece que en principio nada de esto nos hace mal. Está bien sentirnos unidos, todos necesitamos formar parte de alguna identidad.

Pero en estos tiempos globales e híbridos los nacionalismos, en muchas ocasiones, pierden su sentido. La actual organización mercantil hace que todos los países estén unidos a través de una compleja red de interrelaciones, de tal forma que todos necesitamos el auge económico y social de los demás para poder garantizar el nuestro. Ocurre como en la naturaleza: el león necesita al antílope para poder comer y el antílope al león para regular su población y alimentar a los carroñeros que alimentan a su vez a la tierra que genera la hierva que ellos comen. A este punto de complejidad económica hemos llegado a través del capitalismo (o post-capitalismo). Por eso debemos ser más flexibles y abandonar todo intento de formalizar fronteras, pues al fin y al cabo la protección de la cultura por parte del estado es una idea muy joven y que antes de que naciera ya había cultura, sin que el estado la protegiese.

Un caso especial que ejemplifica todo esto es el que ocurre en Francia. El gobierno francés quiere presentar en el mes de mayo un proyecto de ley para prohibir el uso del burka en los lugares públicos. Es de nuevo ese instinto civilizador que siempre hemos tenido los europeos. No estamos de acuerdo con el uso del burka, nos parece machista y por eso “lo prohibimos”. Pero ojo, que antes de nada debería existir el respeto. Que una cultura solo debería ser cambiada por sus integrantes, que son al fin y al cabo quienes la conforman. Que debería primar el derecho a la libertad, que se supone que es uno de los pilares de nuestra organización social. Y que, por favor, nos estamos contradiciendo. Se supone que venimos a defender una sociedad en donde cada cual puede vestir como quiera, donde todos podemos expresar nuestra identidad de la forma en que queramos. Si a las mujeres se les obliga llevar el burka o no es otro problema, que desde luego no se va a solucionar con la prohibición del burka en Francia. Si queremos ser justos tenemos que respetar la posibilidad de elección. Y no podemos saltar con el pretexto de que es peligroso, no nos movamos por esos terrenos quebradizos: todos tenemos derecho a la privacidad. Basta de tanto control obsesivo que nunca soluciona nada. La represión es la medida más fácil de aplicar pero la menos efectiva. Nunca logrará eliminar la raíz del problema. ¿Acaso nos hemos preocupado alguna vez por el desarrollo de los países árabes? ¿Qué seriamos capaz de sacrificar por ayudarlos?

Mucho cuidado con el problema de la represión de identidades: la sociedad no se puede regular ni manejar como si fuera ganado. Todo debe seguir su proceso natural, lento, pero siempre sobre suelo firme. Y lo más importante: debemos preguntarnos si a nuestros gobernantes realmente les preocupa el desarrollo social de todos estos países o cuáles son los verdaderos intereses que se mueven detrás de todo este asunto. Nada es casual y menos en estos tiempos.


Noticia (fuente): http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Gobierno/frances/presentara/mayo/proyecto/ley/prohibir/burka/lugares/publicos/elpepusoc/20100421elpepusoc_5/Tes

Author: Marta Álvarez Martín
•0:29

A veces duermo y duermo, duermo como si dormir fuera una muerte pasajera, un olvido de la vida, una purga de pecados. Pero de los sueños siempre se escapa. Y de la vida solo se puede escapar una vez y no más. La realidad es moldeable pero jamás se elige el molde. Somos tan grandes y somos tan miserables…

Ayer, paseando de link en link en el mundo de la hipertextualidad, me topé con un artículo bastante interesante que decía que un biólogo posiblemente había encontrado la clave para que el hombre, quizás en un cuantos años, pueda llegar a hibernar. Toda una aspiración asombrosa, una segunda posibilidad al escape. Jugar con el tiempo. Pero siempre jugaremos, porque siempre se despierta. Porque quien no despierta no vuelve jamás. Y los pecados siguen ahí, a veces invisibles, a veces maestros torturadores. Los fallos, los errores. El hambre, la guerra, el odio: la ambición. Un volcán que amenaza a toda Europa. Un terremoto que destruye un país en unas cuantas horas. Ya… uno acaba aprendiendo que no se puede escapar de la vida. Que el olvido no es olvido, es un engaño momentáneo del subconsciente. Que somos lo que somos, por más que nos disfracemos, y que, joder, por mucho que hibernemos no podremos llegar a ser osos.



Author: Marta Álvarez Martín
•17:18

El PSOE: un gobierno descaradamente anticonstitucional

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De cómo cuatro tontos se cargaron los derechos y la legislación que con sudor y sangre les costaron a nuestros antepasados implantar

Lo que está ocurriendo últimamente en España es un verdadero escándalo… un verdadero escándalo que solo está siendo criticado como es debido en Internet, mientras que el resto de los medios de comunicación españoles lo tratan como anécdota, cuando se está violando la ley y la Constitución por parte del Gobierno Español. Algo muy grave… algo que incluso además de prohibido debería de estar penalizado. Yo como estudiante de Scienze della Comunicazione en Italia y de Periodismo en España, y, por tanto, consumidora habitual de los medios, tanto españoles como italianos, no he escuchado nada al respecto (los italianos tampoco es que sean los máximos respetuosos de la ley y la libertad…) y la Unión Europea, lamentable e indeseablemente presidida por José Luis Rodríguez Zapatero, se lava completamente las manos. Mientras, el pueblo español está siendo literalmente pisoteado por un gobierno inepto que no solo está teniendo una pésima gestión económica en nuestro país, sino que además se está burlando de la ley y de la voluntad popular a su antojo.

Todo este escándalo se veía venir desde lejos. Todo empezó con el paulatino abuso de poder de esa sociedad que se denomina SGAE y que se autoproclama defensora de la ley de propiedad intelectual, cuando es la primera que está violando de manera escandalosa la ley. Su famoso “canon” es toda una vergüenza y un insulto a la libertad ciudadana. Está completamente fuera de ley: se nos está cobrando de antemano por un supuesto delito de violación de propiedad intelectual. ¿Dónde está ese derecho de presunción de inocencia que con tanta sangre y tantas vidas nos costó defender e implantar? Los antepasados de estos señores protagonistas de uno de los capítulos más vergonzosos de nuestra historia deben de estar revolviéndose en sus tumbas. Luego, además de castigarnos económicamente por un supuesto delito contra la propiedad intelectual al que se nos atribuye a todos, cual pecado original, por el mero hecho de haber nacido, nos espían y nos acosan para volvernos a castigar si es que verdaderamente hemos cometido dicho delito. ¿Pero qué clase de tomadura de pelo es esta? Y nadie sabe a dónde va a parar ese dinero que nos quitan. Además, se autoproclaman defensores de todos los autores de España, nada más lejos de la realidad. Yo soy autora. Publico con regularidad artículos en mis blogs personales desde junio del año 2006 y a mí no ha defendido nadie. Tengo amigos cantautores que están pagando ese puto canon en cada CD que compran para grabar sus maquetas y distribuirlas gratuitamente entre su público. Esa mierda de sociedad, si me permiten usar el término mierda para calificarla ya que no se me ocurre otro termino mejor, ¿de quién esta defiendo los derechos? ¿Le dan el dinero de las multas que ponen en las peluquerías a todos los autores que suenan por la radio? ¿Y le dan también el dinero a los locutores? Nada, pero nada de nada de esto tiene sentido. Absolutamente nada.

Y no contentos con todas estas aberraciones va el Gobierno Español y aprueba una nueva ley que permite cerrar páginas webs de Internet sin ni siquiera celebrar un juicio previo. Toda una violación de nuestros derechos constitucionales. ¿A dónde vamos a llegar?

Enumero todos y cada uno de los artículos CONSTITUCIONALES que nuestro inepto gobierno está violando: por supuesto el Artículo 1, en tanto que se está atentando contra la libertad de los ciudadanos. El Artículo 6, puesto que el gobierno parece que se toma por el pito del sereno la voluntad popular. El Artículo 7, dado que nuestro gobierno aprueba las actividades completamente alegales desde el punto de vista constitucional de dicha organización llamada SGAE. El Artículo 9, ya que nuestro gobierno parece no respetar el orden constitucional. El Articulo 10, pues no se está respetando la ley constitucional ni los derechos humanos de los españoles. El Artículo 14, puesto que se castiga constantemente a nosotros de incumplir la ley cuando es el gobierno el que parece tomarse la justicia por su cuenta. El Articulo 17, ya que se nos quiere incluso espiar nuestra actividad en Internet saltándose totalmente nuestro derecho a la privacidad. Por no hablar de los Artículos 18 19 20… ¿Sigo? ¡Es que se están incumpliendo todos! Lean la Constitución señores y díganme que articulo está siendo respetado hoy en día por nuestro gobierno de pacotilla.

Todo esto es inaceptable. Y yo me pregunto:

1. 1. Ya que quieren meter mano en Internet (cosa totalmente absurda, ya que Internet es por naturaleza transnacional y, por tanto, fuera de todo campo gubernamental) que lo hagan para defender la privacidad de todos los usuarios de Internet que constantemente está siendo violada y a la que no ponen ningún remedio (sin embargo, bien que luchan por la de ese señor que se llama Ramón y que dice ser cantante)

2. 2. Puestos a suprimir páginas… ya que tanto les gusta… ¿por qué no suprimen todas esas páginas de pornografía infantil que existen en la Red?

3. 3. Los cantantes y autores atemorizados porque pueden dejar de ser millonarios… ¿por qué en vez de lanzarse en toda una guerra contra sus consumidores, se dedican a pensar nuevas formulas de venta? El mercado cambia ¡Todo cambia! ¡Señores, adáptense a los nuevos tiempos!

Internet no es el enemigo de la cultura. Todo lo contrario. Es el mayor y más potente medio de difusión de cultura que existe hoy en día. Sería más lógico entonces luchar por el respeto de la libertad de los españoles en usar dicho medio, en vez de tanta coacción. Las tendencias sociales no se pueden evitar con prohibiciones. Si el consumo cultural está cambiando, las denominadas industrias culturales deberían de ponerse manos a la obra y estudiar el potencial que realmente tienen los nuevos medios. Internet podría ser usado como un potentísimo medio de Marketing.

Y unas últimas palabras dedicadas a nuestro gobierno español: el pueblo entero español no es el que está cometiendo un delito… los que estáis cometiendo el delito sois ustedes.

Author: Marta Álvarez Martín
•16:12

Tuve que cenar algo que no debía. Quizás fue la locura de Edgar Allan Poe. O los últimos versos de Neruda. Los restos de un poema quemado por no tener la tinta suficiente para poder concluirlo. Tal vez esas fresas con nata que tanto me gustan. O tal vez esa sonrisa de Mona Lisa. O ese grito de Munch. La sinfonía número 5 en D menor de Kurt Atterberg. El fantasma de Edwar Scissorhands. Y te creí olvidado, y, ya ves, me visitaste anoche. Me abrazaste, me besaste y me amaste en otra dimensión. Volé, llegué, deseé. Gocé bajo una lluvia de orgasmos color canela. Puro hedonismo desenfrenado.

Y cuando el sol estaba a punto de aparecer, con la boca manchada de vino, me grabaste con un punzón en la frente que ahora no era un buen momento.

Un frío en los pies vino a darme los buenos días. En el baño vomité los restos de la cena de anoche. En un solo instante, el pasado se adueñó del presente y el futuro expiró a la dimensión lontana. Mi ser reducido a cenizas color granate.

Author: Marta Álvarez Martín
•3:12


Nota: lo quise subir el dia 12 pero no pude. Lamento el par de dias de retraso.
Author: Marta Álvarez Martín
•23:35

Nunca había encontrado el sentido de tener el calefactor de mi habitación debajo de la ventana. Me había pasado todo el invierno quejándome. ¿A quién se le había ocurrido esa espléndida idea? Mi cama está justo en el lado contrario, y el escritorio y la silla también están lejos. ¿A quién le iba a dar calor? Luego se me ocurrió la idea (yo y mis ideas) de usarlo para poner la ropa mojada y que se secara antes. Todo un avance. Antigua practica de mi abuela (mi querida abuela que ahora vive hacia atrás) que me calentaba siempre el pijama y la toalla cuando me duchaba por las noches en su casa (confieso que yo aquí siempre lo hago… que gusto ponerse la ropa calentita). Pero hoy, curiosidades de la vida, me ha parecido que lo mejor de mi habitación era tener el calefactor debajo de la ventana. Hoy ha sido uno de esos pocos días en los que me había levantado temprano para hacerlo todo (la conciencia… que después de una noche de fiesta de la cual no recuerdo nada me pide que haga algo productivo con mi vida). Así pues, me levanté, me duché, saqué la comida del día, me fui a hacer la compra, me puse a hacer la comida (a las 12:30 de la mañana… welcome to italian life) y mientras se hacía me quede esperando a que llegara mi casera para pagarle el affitto (el alquiler). Y llegó ella un poco tarde y exhausta. Ciao Flavia! Come va? Fa freddo fuori? “Nevica” me contesta. Uf… ¡todo el día a la mierda! Cambio de planes. Yo, tan ilusa como simpre, espero a que pare de nevar; pero que va, no para. No puedo ir a la Universidad porque está en la montaña y el pulman (autobús) cuando nieva no sube (¡oh! Qué pena..). Esta noche habíamos organizado un botellón… pero me parece que no va a ser posible (mierda). Así que nada, un maravilloso día en casa. ¿Y ahora qué coño hago? Ordeno la habitación (suceso extraordinario), limpio el cuarto de baño (wow ya tengo que estar aburrida), termino de hacer un ejercicio de clase (increíble…) y me quedo sin cosas que hacer. Y se me ocurre (yo y mis ideas) ponerme a mirar como nieva a través de la ventana. A veces es verdad que las cosas más simples son las más hermosas.

En Cádiz y en Sevilla no nieva nunca. Pero le tengo especial cariño a esos días lluviosos de invierno en casa, en el sofá y con una manta, viendo la tele y asomándome de vez en cuando a la ventana para ver a la gente mojarse y a los coches pasar. Es algo maravilloso. Tú dentro y ellos a fuera. Tu seco y ellos mojados. Tu caliente y ellos tan fríos. ¡Qué plácido se vuelve el calor del hogar! Pero observar nevar es distinto. Teramo es una ciudad distinta. Desde mi ventana no veo una larga avenida con coches, veo y arboles casas y un parque. Me paso más de media hora, cual niña embobada, mirando a través de la ventana, como si esperara a que sucediera algo. Pero no sucede nada. El paisaje nevado es un paisaje desértico, inhóspito. Es un paisaje de soledad. Pero de una soledad mística, aurea. Ves como la nieve cae, tan frágil, en finos copos que se convierten en agua sobre tu mano, y como, poco a poco, van creando un sólido y duro manto blanco de nieve sobre la tierra. Copo a copo, cual desierto nevado. Es fantástico. El tiempo parece detenerse. Todo ocurre muy lento. No es como esas lluvias torrenciales que enseguida forman charcos. La nieve es mucho más sutil, más elegante. Cae lentamente y todo es mucho más visible y mesurable. La magia de la primera vez conmueve corazones.

Ahora, tumbada en mi cama, escucho de fondo el sonido de la nieve. Es un sonido menos constante que el de la lluvia pero más contundente. Resulta irónico que esa majestuosidad de la nieve sea tan fugaz: apenas unos rayos de sol y no quedará nada. El manto blanco se transformará en agua, y el agua irá a la tierra o al cielo, según quién gane la batalla. La naturaleza nunca nos quejará de sorprender. Nunca. Desde mi paisaje helado pienso en mi ciudad, en mi familia y mis amigos que ahora están bajo una lluvia incesante. Pienso en las vidas que ya no lo son por el fulgor de la tierra. En estos tiempos tan locos donde todo es lo mismo pero mucho más veloz. Después de todo, no fue tan mala idea poner un calefactor bajo una ventana. La belleza del frío solo es capaz de admirarse desde el calor.

Author: Marta Álvarez Martín
•1:32



Llueve. No para de llover. El cielo llora, comparte mi pena. Pero mis lágrimas riegan el campo. Y todo se va volviendo verde. La primavera espera en los bastidores, nerviosa, ansiosa de mostrar al mundo su poder. Hoy llueve… pero también ha salido el sol. Así que salgo a la calle. Le digo adiós al miedo. Ya está bien de tanta mediocridad. Todos nos equivocamos. Una y otra vez, una y otra vez. Porque la perfección no existe. ¿Cómo me vas a odiar por ser imperfecta? ¿Cómo me voy a odiar por no ser la misma que en mis sueños?

Llueve. Pero yo ya no tengo miedo. Salgo a la calle sin paraguas. La lluvia moja mi pelo y se mezcla con mis lagrimas Abro la boca para poder saborear la amargura y tragármela. Tragármela de una puta vez. Si estoy viva, si aún respiro, es porque de momento soy invencible. Me da igual que en el mundo haya tanta falsedad. Me da igual que la vida sea un teatro. Sé que al final solo quedaremos yo y el cielo, la tierra, el sol, las nubes, la luna. La enorme luna llena, impotente y misteriosa. Dueña del destino. Nuestros ojos la vieron ayer. Pero cada uno vimos una luna diferente. Es así. Así debe ser. Mejor así.

La noche nos envuelve con su oscuridad. Nos enseña que no hay mejor luz que la que desprende uno mismo. Solos. Siempre solos. Pero siempre acompañados. Unidos por las mismas penas, por las mismas alegrías. No somos tan diferentes cuando intentamos ser nosotros mismos. Ofrece al mundo la máscara que quieras. Pero no te mientas jamás a ti mismo. Y recuerda matar primero al miedo. Antonio recuérdalo. Mátalo antes de que el acabe contigo. No tengas miedo a sufrir. No tengas miedo de mi sufrimiento. La primavera se riega con nuestras lágrimas. De la lluvia y sol nace el arcoíris.

Author: Marta Álvarez Martín
•8:40

Érase una vez una niña a la que le gustaban mucho las historias. Cada noche le pedía a su padre que le contara un cuento y dormía soñando con ser princesa o ser cisne, con lugares fantásticos y mil y una aventuras. En sus cuentos todos los finales eran felices. Pero un día el padre se fue. La niña creció y el príncipe nunca vino. Acaecieron muchas aventuras, pero ninguna alegre. Y ella odió por siempre las cuatro paredes de una casa desconocida donde solo estaba ella y un cuaderno, que se convirtió en su único y verdadero amigo. ¿A quién más podría confesarle tantas sensaciones? ¿A quién más iba a importarle los sentimientos de una simple niña?

“Absurda lucha contra la soledad”, escribió un día. Absurda lucha. A las personas solo les preocupan sus problemas. A nosotros solo nos preocupa nuestra propia soledad, por eso es absurdo luchar contra ella. Quizás tuviera razón… y lo sabia… pero, condenada mortal, ella seguía siempre luchando en esa batalla perdida de antemano.

¿Conocemos a las personas que viven a nuestro alrededor? ¿Realmente nos interesan o son solo peatones en nuestro afán por no sentirnos solos? “¿Vidas o decorado?”, escribió un día.

La niña creció y dejó de ser niña. Y un día se marchó de su casa en busca de su propio cuento. Hacía tiempo que había dejado de creer en los príncipes. Le tocó vivir en un mundo en descomposición, en un sistema de valores y creencias que se destruía a sí mismo. El poder de la imagen y la fuerza de la apariencia empezaban a ser cuestionados. Nadie creía en nadie. Ella tampoco creía ya en nada… o si. Cada noche jugaba a ser princesa de un par de horas, cazadora de falsos príncipes. Y seguía leyendo libros para poder llegar más lejos. El mundo le parecía demasiado pequeño y las personas demasiado banales… un escenario de sobra conocido. Siempre las mismas historias, los mismos problemas, los mismos sentimientos. La misma lucha absurda contra la soledad. La misma esperanza difusa de poder ser capaz algún día de ver más allá de nuestros propios ojos. Por eso le gustaban mucho las historias y los cuentos. Por eso había mañanas en las que no quería despertar. Pobre infeliz, vivía soñando con ser algo que siempre había sido, pero que nunca supo que fue. Murió tal vez sin descubrir que a la autentica compañía le gusta disfrazarse de soledad.


Author: Marta Álvarez Martín
•6:59

La odiaba, la odiaba con toda su alma, porque jamás pudo llegar a entenderla. Iba andando, descalzo, cabizbajo, pisando todas las flores del jardín. ¿Cómo se puede volver atrás en el tiempo? Las lágrimas regaban su miseria, y las flores marchitas no contestaban a sus preguntas.

Mientras, ella, tumbada en la cama, escribía una carta: “Mi amor, lo siento. Siento decepcionarte. Podría pedirte perdón, suplicarte de rodillas que vuelvas a mí. Pero sé que no me quieres, que nunca me quisiste. Quisiste al reflejo de lo que querías que fuera, a una ilusión que solo vivía en ti. Siento haberte hecho daño. Te quiero.” No, ¿para qué darle esa carta? No la entendería. Rompió con furia el papel y lo tiró a la papelera.

Él se arreglaba para salir esa noche. Camisa nueva, zapatos limpios, pelo engominado, colonia. Era el comienzo de su nueva vida, una nueva vida sin ella.

Ella coge cualquier cosa del armario, se la pone sin ganas. Ha quedado con sus amigas por compromiso, no quiere que los demás piensen que está mal. Irá a la discoteca, se emborrachará como una cuba y tratará de que la noche pase lo más rápido posible. Ojalá pudiera acelerar el tiempo…

Un ron con Coca-Cola, dos, tres. Un porro de marihuana. Un whisky. Pastillas. Otro ron. Cocaína… Son las 4 de la mañana. Sus miradas se encuentran. La música se para. Él se lanza a la chica que tiene al lado, la besa con pasión. Ella se va corriendo al servicio: vomita todo lo que tiene en el estómago. La noche pasa, fugaz como una estrella.

Él amanece con una chica al lado. No recuerda su nombre. La besa con fuerza y mientras le hace el amor recuerda su mirada…

Ella se despierta con dolor de cabeza. Llora un rato. Mira sus fotos… y las guarda. Se despide. No volverá a mirar hacia atrás porque la vida siempre sigue hacia delante.

Author: Marta Álvarez Martín
•16:29

Faltaba algo sobre la mesa,

cuando el mago perdió su carta.

Una mirada ausente.

Una llamada en espera.

Una novia sin velo.

Una vela sin llama.

Faltaba algo sobre la mesa,

cuando el gato cogió a la rata.

Una sospecha presente.

Una sonrisa austera.

Una noche sin sexo.

Una amante sin cama.

Faltaba algo sobre la mesa,

cuando el dolor venció a la rabia.

Una lágrima latente.

Una muñeca de tela.

Una bebida sin hielo.

Una comida sin salsa.

Faltaba algo sobre la mesa,

¿qué era aquello que no estaba?

Una herida caliente.

Una esperanza secreta.

Una serpiente sin veneno.

Una vida sin alma.

Author: Marta Álvarez Martín
•3:02

La gente sufre. La gente llora. La gente muere. ¿Y ustedes por qué sonreís?

Yo miro hacia otro lado, dijo uno.

Yo disfrazo mi tristeza, dijo otro.

Yo imagino que no existen, dijo él.

Yo no pienso en las penas, dijo ella.

Y nadie más abrió la boca.

Author: Marta Álvarez Martín
•4:58

Huele a tierra mojada. No para de llover. El mar brama y grita a la vida. Un barco busca, a tientas, el puerto. Mis ojos apenas pueden abrirse. El viento golpea mi pelo, el frío congela mis pies, el aire perpetra mis manos. Recuerdo cuando fue la última vez que me senté, en una tarde como esta, sobre la arena fría de la playa. Quería escribir una poesía y acabé escribiendo una carta al desencanto. Caí, vencida por la melancolía del que busca sin mirar, del que habla porque no puede ver.

Esta tarde es diferente. Aparentemente todo puede parecer igual, pero mis pies han recorrido más caminos, y mis ojos han contemplado más amaneceres. Para nosotros, cada momento es siempre distinto. Paseo, serena, en paz. Me gusta escuchar el oleaje, buscar conchas de colores, ver mis huellas marcadas en la arena. De chica construía castillos en la orilla, cercados con una gran muralla de arena. Y me sentaba un rato a observar como el mar lo devoraba todo. Cada cosa vuelve siempre a su lugar.

La tormenta sigue, arrecia con más fuerza. Pero de todo se aprende. Los minutos pasan, la vida nunca espera. Las nubes tapan al sol, pero sé que está ahí, en algún lugar del cielo, esperando su momento.


[Foto: sacada con mi cámara Nikon D-40, el 31 de Diciembre de 2009, en la Playa de la Victoría, Cádiz]