Author: Marta Álvarez Martín
•5:40

No era la primera vez que escuchaba una cosa así. El pasado 21 de Agosto, en el documental China del revés, emitido durante el programa La noche temática de TV2, se repetía y se insistía en la idea de la creciente “occidentalización” de la juventud y cultura de Oriente. Ese siempre ha sido el gran miedo oriental. Lo decía la profecía tibetana: el extranjero traerá la desgracia. Y la trajo.

Sí, Oriente se occidentaliza en cierta medida y forma, y yo no pude evitar preguntarme: ¿qué pasa con la orientalización de Occidente? Confucio ya no está tan moda en China. Pero, ¿acaso el Papa o la Iglesia católica siguen estando de moda en Italia? Yo, en este último año en el que estado viviendo allí, no he oído hablar del cristianismo en los bares y en las discotecas.

Me encanta visitar las librerías y los quioscos de prensa. A parte de por mi afición a la lectura, porque son un fiable indicador de las tendencias sociales. Id al quiosco y mirad cuántas revistas de historia hay, y luego comprobad desde cuando tiene tanta relevancia el tema de la memoria histórica en nuestro país y cuánto tiempo llevan esas revistas en los estantes. Id a la librería y preguntad cuál es uno de los géneros más vendidos y en auge en nuestro país (sí, me refiero a la novela histórica, o pseudo-histórica). Mirad las publicaciones económicas que hay en el mercado, y todos esos libros intentando explicar la economía. Antes de la crisis nadie se preocupaba por saber cómo funcionaba el mundo, y la información económica vivía felizmente en humildes secciones de periódicos generalistas. La raíz de nuestra cultura, de nuestras preocupaciones y de nuestras tendencias están en las librerías y en los quioscos.

¿Y qué pasa con los valores sociales? Llena de curiosidad, fui al quiosco a comprobarlo. Y vi, junto a las revistas de historia, todo un estante de revistas y publicaciones de modos de vida. Mente Sana, Saber Vivir, Yoga Journal. En ninguna de esas revistas se hablaba de Jesús ni de los diez mandamientos. Y, por el contrario, cada vez aparecían más artículos sobre modos de vida orientales. Yoga, pilates, meditación. Incluso medicina tradicional china. ¿Y en las librerías? ¡Sorpresa, toda una nueva sección: autoayuda! ¿Y qué dicen los libros de esa sección? Algunos hablan de las parábolas de Jesús, pero no dicen nada de la institución Iglesia, ni del infierno de los pecadores. Por el contrario, hay libros y libros sobre el zen, el budismo, el feng-shui. No es el Papa nuestro autor espiritual más vendido, es Osho. ¡Qué curioso!

Y claro, tras el hallazgo, aparecen nuevos interrogantes: ¿cuál es el verdadero papel de la institución Iglesia en nuestras vidas? o mejor, ¿por qué va a parar una parte de nuestros impuestos a dicha institución?, o, ¿por qué hay tantas iglesias y tan poca gente dentro de ellas y tanta gente viviendo en pisos de 50 metros cuadrados?; ¿cuál es nuestra identidad cultural hoy en día?, o mejor, ¿estamos perdiendo nuestros valores o los estamos actualizando?; ¿es Oriente la que se occidentaliza o es Occidente la que se orientaliza?, o mejor, ¿la globalización nos enriquece o nos empobrece?

Demasiados interrogantes. De todo esto yo solo tengo claro que:

1. La Iglesia no me aporta ni me ha aportado nada en mi vida como ser moral, a pesar de haber estado 10 años en un colegio católico. Mi curiosidad hacia la Biblia ha venido muchos años después, a raíz de las enseñanzas de mis profesores ateos de historia y literatura. Vaya paradoja.

2. Mi identidad como persona ha ido cambiando y cambiará a lo largo de mi vida, porque yo misma estoy en un constante cambio. Tengo muy poco que ver con la persona que era hace 5 años, y, más allá de estar alarmada o preocupada por quién seré dentro de otros 5, estoy serena y tranquila porque sé que sabré adaptarme a los nuevos tiempos, como he estado haciendo hasta ahora.

3. La cultura, filosofía y perspectiva oriental ha enriquecido enormemente mi vida y mi visión del mundo. Me alegro muchísimo de vivir en una época en la que es posible tener a la Biblia, el Corán, el Mahabharata, las enseñanzas de Buda y El origen de las especies en la misma estantería.

Después de esto, querido lector, saque usted sus propias conclusiones. O, si lo prefiere, no pierda el tiempo pensando y haga como Aznar: échele la culpa a Estados Unidos de poner en peligro al Mundo Occidental.



P.d.: En la imagen, Shiva, tercer dios de la Tri-murti india, en plena danza destructiva. Según la tradición india, Shiva es una de las personalidades del dios primero, Brahman, formado por Brahmā, el creador, Vishnú, el preservador y, Shiva, el destructor. Ambas personalidades o dioses se complementan y hacen posible que nuestro mundo esté siempre vigente.
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1 comentarios:

On 2 de septiembre de 2010, 8:44 , Igor dijo...

Hola,
Buen artículo. La verdad es que estamos en la era de los múltiples y pequeños dioses. Es cierto que hay una cierta orientalización en nuestra cultura y creencias, pero me temo que no es muy seria, que es más bien superficial.
En mi caso, la mayoría de la gente que conozco no cree en nada, y si alguno tira de técnicas orientales éstas tienen una función más bien instrumental.
¿La Iglesia Católica? La pobre debe vivir en un barrio muy antiguo, lejos del día a día de la gente.
Saludos.