Author: Marta Álvarez Martín
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A principios de este mes de septiembre, durante mi estancia en Asturias, tuve la suerte de visitar el mayor ciclo expositivo organizado por la sociedad Nacional Geographic en Europa, en el muelle de la ciudad de Gijón, organizado junto con la Fundación Príncipe de Asturias (recordemos que Nacional Geographic obtuvo en 2006 el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades). Antes de visitarla, había oído muy buenas críticas hacia esta iniciativa, críticas que me parecen muy acertadas pues, sin duda, la exposición ha sido y es a día de hoy todo un éxito. En primer lugar porque no es una exposición normal y corriente. Está en plena calle, en el muelle, con expositores que superan la altura de una persona, lo que provoca un gran impacto visual. Es gratuita, está en la calle, y todo aquel que decida darse un paseo por el muelle acaba cayendo en las redes de la curiosidad. Y en segundo lugar, muestra una realidad que no podemos ver desde casa, nos amplia las fronteras del mundo, aumentando nuestra visión global.
La exposición se divide entres bloques. El primero está formado por las mejores portadas de la revista Nacional Geographic desde su fundación. Todas las portadas de la revista destacan por sus fotografías con un gran trasfondo humanístico, que invitan a la reflexión a la vez que nos sorprende. Sus portadas podrían resumir perfectamente las mejores fotografías del siglo XX y lo que llevamos del XXI.


Cuando llegamos al fin de las portadas, que hemos visto repartidas a lo largo del muelle, llegamos a un local con una exposición interior. Mañana 18 de septiembre, tras el éxito de la anterior exposición “Mujeres fotógrafas”, se inaugurará mundialmente “La mirada del Cóndor”, un conjunto de fotografías aéreas de América del Sur realizadas por el fotógrafo Robert B. Haas.

Tras visitar la exposición, si salimos nuevamente al exterior y continuamos el recorrido del paseo, nos encontramos con la parte final del conjunto expositivo, “Un mundo, una tribu”, que reune las mejores fotografías del fotoperiodista Reza Deghati. Cada fotografía está acompañada por textos, en los que el célebre fotógrafo de Nacional Geographic explica cada historia.

Sin duda, el mejor cierre para una ejemplar exposición que invita a la reflexión sobre nuestro planeta y nuestros actos, que siempre acaban incidiendo sobre el resto de los seres humanos. Os animo a visitarla.


[Todas las fotografías publicadas en este blog han sido tomadas por Marta Álvarez Martín]

Author: Marta Álvarez Martín
•21:15
España es uno de los países que posee y produce bombas de racimo. Varias empresas de nuestro país las fabrican, aunque la falta de transparencia en el comercio español de armamento hace imposible saber a dónde las venden. Además, el ejército español, según reconoció el ministerio de Defensa, tiene un arsenal limitado de este tipo de armas.
Actualmente está en marcha un proceso, liderado por el gobierno noruego, que tiene como objetivo de lograr un Tratado internacional de prohibición de las bombas de racimo. Hasta el momento se han celebrado dos reuniones, en Oslo y Lima, y 68 gobiernos han firmado la declaración final, en la que se comprometen a lograr este Tratado en el año 2008.
"Es necesaria una legislación que evite que estas armas sigan causando víctimas inocentes. El Gobierno español tiene ahora la oportunidad de demostrar su compromiso con la paz, prohibiendo la fabricación, venta, almacenamiento y uso de bombas de racimo en territorio español, y apoyando de forma clara el proceso impulsado por Noruega para lograr su prohibición internacional. No quedarse sólo en buenas intenciones, sino en hechos", declaró Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace España.
Se ha documentado la utilización de bombas de racimo por fuerzas militares de los países de la OTAN, Estados Unidos o Israel. Desde los años 60 se han usado en distintos conflictos, como por ejemplo: Líbano, Irak, Afganistán, Kosovo, Laos o Vietnam. Sólo en el Líbano se calcula que tras la guerra del pasado verano, quedaron un millón de submuniciones sin detonar. Una bomba de racimo está formada por una bomba “contenedor” que puede ser lanzada desde tierra, mar o aire y que, al abrirse durante la trayectoria, expulsa cientos de submuniciones que se dispersan por amplias superficies. En teoría, estallan cuando alcanzan el suelo, pero esto no siempre es así.Actúan de forma indiscriminada, no distinguen entre blancos civiles y militares y, por sus altas tasas de error, siguen causando muertos y heridos mucho tiempo después de que acabe un conflicto. Afectan sobre todo a la población civil, que son el 98% de sus víctimas. En especial los niños, que son atraídos por sus colores y formas llamativas.
España debe unirse a este movimiento poniéndose al frente de una lucha que es necesaria para salvar el futuro de miles de personas.




Texto copiado del blog de Gente del Viso (http://gentedelviso.blogspot.com). DIFÚNDELO