Author: Marta Álvarez Martín
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La vida no es una fiesta. Todos sonríen ante todos, porque todos lloramos a escondidas. Todos intentan mostrar una imagen impecable, porque todos tenemos muchas cosas que ocultar. Porque la vida no es tan sencilla. Ni es una fiesta. Y yo lo sé ya. Y muchos aún no lo saben. O no lo quieren saber. Y esa es mi condena, pero también mi mayor virtud. Y me cansa… Me cansa ver tantas risas apagadas, tantas copas vacías, tanto amor que se queda en palabras, tanta amistad mal dicha y mal nacida, tanto odio derramado en una mirada y tanta envidia infundada, porque en este mundo, señores, la perfección no existe. Sinceramente, me cansa tanta falsedad. Porque tú y yo sabemos que la vida no es una fiesta, o por lo menos, no el tipo de fiesta que casi todos se imaginan. Porque la vida también es llorar y es sufrir. La vida es siempre luchar por la vida. Y si fuera fiesta, seria la de los vencedores, lade los que aprenden a mirar las cosas sin cerrar los ojos, la de los intentan sobrellevar lo mejor posible su tiempo disponible, sin querer herir a nadie, porque ya tienen todas sus deudas pagadas. Y si uno no conversa consigo mismo, jamás podrá descubrirse, ni saber de qué carece para suplantar el vacio. Y amigos mios, no se engañen, que todos pensamos, por mucho que algunos quieran evitarlo. Pero no se puede evitar ser humano. A ver si todos aprendemos que uno no puede evitar ser lo que uno es, por más que se disfrace. Y es que hasta el Carnaval termina acabándose...

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1 comentarios:

On 15 de noviembre de 2009, 22:17 , Silvia dijo...

¡Qué gran verdad!