Author: Marta Álvarez Martín
•15:25
Quizás esta historia os suene de algo. Un buen día, sin yo hacer nada, me ofrecieron el Paraíso. Para disfrutarlo solo debía de cumplir una regla. No importaba nada más, podía hacer todo lo que quisiera. Ser buena, ser mala, mentir, decir la verdad... amar a todos o no amar a nadie. Solo una había una norma. Ya sabéis, como la manzana prohibida. Qué malas son las tentaciones. Y yo, cual Eva despreocupada, acepté sin pensármelo. Y lo primero que hice al llegar al Paraíso fue incumplir la norma. Tonta. Ahora, mi gran problema es que no me han echado del paraíso. Mi castigo es peor. Estoy condenada a seguir en él sin poderlo disfrutar. Viendo como todos lo disfrutan. Impotente, me han condenado a mirar todo lo que pude tener y no tengo. Las historias siempre se repiten, y solo hay dos finales posibles. No sé por qué, pero a mí siempre me toca el peor.
|
This entry was posted on 15:25 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.